La actual directora Global & de Cultura Corporativa de DEMADI, Aïnhoa Mallo, cuenta con más de 30 años de recorrido profesional, tanto en el desarrollo de proyectos propios (Co:walking, DakotaCoach y Murmuration Spain), como experiencia en Comercio Exterior, liderazgo y gestión de equipos multiculturales. Sobre estos dos últimos aspectos centra su entrevista nuestra compañera Leticia Río.

Leticia Río: Dices que te gusta poner en marcha proyectos y cuando fluyen, saltar. Eres un claro ejemplo de no tenerle miedo a los cambios, ¿qué te motiva de estar en constante movimiento?
Aïnhoa Mallo: Pues así es. Echando la vista atrás, a lo largo de mis cerca de 30 años de trayectoria profesional, me he dado cuenta de que efectivamente he ido cambiando de proyecto en proyecto. Algo que hace unos años, al menos en España, no estaba muy bien visto pero que por suerte ahora ya denota un perfil inquieto y en cierta medida con ganas de progresar.
En mi caso me gusta abrirme a nuevas experiencias, soy curiosa por naturaleza y me motiva lanzar proyectos. Disfruto con la fase de ideación, definición de la estrategia y los primeros pasos, EL CAMBIO. ¿Qué es lo peor que puede pasar? Que no salga como tenía previsto, que haya que reajustar y pensar en un nuevo camino.
Soy de las que piensa que es mejor intentarlo y moverse, que no hacerlo y quedarse en el mismo lugar.
Supongo que el hecho de haber viajado y vivido en distintos países desde pequeña ha ido sumando a esa forma de afrontar la vida.
L.R: Por tu experiencia sabes bien lo que es liderar, ¿lo hacemos bien en Galicia?
A.M: Te voy a dar una respuesta a la gallega, depende. Si creo que ha habido una evolución en el estilo de liderazgo, pasando de una forma de dirigir más paternalista o autoritaria, a un liderazgo más afiliativo o participativo, es decir que promueva la armonía y la implicación del equipo.
Creo, sinceramente, que la incorporación de mujeres en puestos directivos ha ayudado a todo ello. Yo no hablaría de liderazgo femenino ni liderazgo masculino, pero si de liderar en femenino o liderar en masculino y la mezcla de ambos es lo que permite liderar de una manera más eficaz.
Por supuesto que queda mucho camino por recorrer y hay que seguir trasladando la importancia de generar una cultura corporativa donde las personas estén en el centro. Mayor armonía en el equipo, implica empresas más competitivas.

L.R: ¿Y qué me dices de ese liderazgo femenino que está logrando ocupar espacios?
A.M: Lo que te comentaba en la respuesta anterior. Creo que el mayor número de mujeres en puestos directivos está moldeando la gestión empresarial.
Durante siglos las mujeres, más volcadas en el cuidado de las esferas privadas, hemos practicado aptitudes y actitudes valiosas como la colaboración, la empatía, la escucha, la entrega, la mediación… aptitudes altamente apreciadas hoy en día, especialmente para los líderes y que creo que han ido permeando, de alguna manera, la forma de dirigir.
Galicia se encuentra ya entre las tres primeras regiones con más mujeres en puestos directivos (41%), lo que pinta un buen panorama y se sigue avanzando también en la alta dirección. Pero no hay que relajarse.
«El talento no entiende de edad, como tampoco de género, raza o cultura. El valor profesional no se va perdiendo con los años, por el contrario, las personas vamos adquiriendo un conocimiento, tanto técnico como en habilidades blandas, que puede ser muy interesante para una empresa.»
Aïnhoa mallo
L.R: Hablábamos durante nuestra conversación sobre la convivencia de talento intergeneracional e intercultural, ¿imprescindible para la supervivencia y desarrollo de negocios?
A.M: El talento no entiende de edad, como tampoco de género, raza o cultura. El valor profesional no se va perdiendo con los años, por el contrario, las personas vamos adquiriendo un conocimiento, tanto técnico como en habilidades blandas, que puede ser muy interesante para una empresa. La diversidad en los equipos enriquece y, en este sentido, es importante tener en cuenta perfiles variados en cuanto a formación, pero también cultura, género y por supuesto edad.
Desde mi experiencia sé que la colaboración intergeneracional no sólo enriquece el flujo de conocimiento, sino que también puede impulsar la innovación y acelerar el crecimiento de una compañía. En este sentido, aprecio y defiendo los programas de mentorización, los procesos de prácticas, el traspaso de conocimientos de una generación a otra de una manera bilateral. Aprendemos, sin duda, mejor en equipo que de manera individual.
Esa es mi filosofía y ahí donde voy procuro aplicarla.
L:R: En este nuevo reto profesional comentas que vas a remover, generar diferentes situaciones. ¿Cómo actuar ante un “siempre se ha hecho así”?
A.M: Creo que parte de esa (r)evolución que estamos planteando en DEMADI, tiene mucho que ver con lo que comentaba en la respuesta anterior. La mezcla de edades, perfiles, experiencias es un elemento clave de nuestra cultura corporativa y para el crecimiento de la empresa y que nos está permitiendo romper con los “aquí siempre se ha hecho así”.
La juventud y visión de su fundador, Iago González, impone constante movimiento, actividad – que a veces se transforma en hiperactividad- pero se compensa con la serenidad que me ha dado la edad, la “bajada a tierra” y el análisis que traen la experiencia y algún que otro fracaso profesional del que ya he aprendido. ¡Tandem perfecto!