Detrás de Alén, una cooperativa que ofrece soluciones en Economía Circular y Sostenibilidad están Claudia Rodríguez, Iria Rodríguez e Iria Regueiro. Una organización que nace de la necesidad de facilitar procesos de innovación para generar impacto positivo con la misión de posicionar los aspectos sostenibles como ventajas competitivas. Conocemos más sobre esta iniciativa con nuestra compañera Leticia Río.
Leticia Río: Contadnos, ¿qué es Alén y cómo surge el proyecto?
Claudia Rodríguez: Alén es una cooperativa compuesta por tres socias, Iria, Claudia e Iria, que acompaña a empresas, administración pública y otras entidades a integrar la sostenibilidad como ventaja competitiva, impulsando su impacto positivo. Sabemos que muchas pymes y organizaciones quieren y necesitan mejorar en su desempeño ambiental, social o de gobernanza. Nosotras hacemos cercana la sostenibilidad a las pequeñas y medianas empresas, desde el rigor. Alén es nuestra propuesta para acompañarlas en ese proceso, lo que materializa nuestra visión de contribuir a crear valor, apostar por lo local y dejar una huella positiva en el territorio.
Las 3 socias aportamos perfiles híbridos al proyecto que complementan nuestra especialización en sostenibilidad, con experiencia en pymes y gran empresa y en finanzas, gestión de proyectos, ingeniería o compras. Esto nos permite hacer un tipo de consultoría muy cercana a la realidad de las organizaciones y los equipos.
Nuestros servicios de consultoría se apoyan en 3 ejes: Economía Circular, Agenda 2030 y ODS y acción por el clima. Se centran en identificar qué es lo importante (a través del mapeo de grupos de interés, análisis de materialidad, medición y seguimiento de impacto, diagnóstico en circularidad o sostenibilidad) y cómo actuar al respecto (diseñando planes de acción y estrategias; planes de integración de los ODS; procesos de obtención de certificaciones, como B Corp, el referente para empresas con propósito, y S de Sostenibilidad, específica para entidades turísticas, etc.). También desarrollamos proyectos de Economía Circular y sostenibilidad llave en mano, cuando hay una necesidad concreta ya definida. Por ejemplo, elaborando guías o diseñando y ejecutando programas de mentorización sobre sostenibilidad. Por otra parte ofrecemos servicios ligados al conocimiento, impartiendo talleres, charlas y programas a medida de formación y sensibilización.
L.R: La Agenda 2030 para los objetivos de desarrollo sostenible marca una ruta, ¿qué impacto está teniendo su aplicación en las empresas?
Iria Regueiro: Los ODS, como tú dices, son una hoja de ruta amable y ambiciosa, que, si se aterriza con rigor, sirve a las empresas (y a cualquier tipo de organización) para priorizar sus objetivos y acciones y diseñar nuevas iniciativas volcando sus esfuerzos en aquellas áreas en las que de verdad pueden contribuir al desarrollo sostenible. La Agenda 2030 permite llevar la interacción con los grupos de interés a un nivel más profundo, poniéndolos en el centro de la reflexión sobre cómo catalizar el impacto positivo y reducir el negativo.
De la integración de los ODS se derivan beneficios muy variados, algunos obvios y otros no tanto, como la reducción del impacto ambiental, la identificación de nuevas líneas de negocio, el cumplimiento de los cada vez más exigentes requisitos en la cadena de suministro en torno a criterios ambientales y sociales, reducción de costes y de exposición a la inestabilidad de los precios de materias primas al aplicar iniciativas de Economía Circular, acceso a financiación verde o liderazgo a largo plazo. Si pensamos en problemáticas comunes al día a día de las empresas, por ejemplo, retención del talento, la aplicación de los ODS nos permite encontrar soluciones más innovadoras y eficaces, por ejemplo, a través del desarrollo de la cultura de la empresa, la escucha a las personas trabajadoras y el alineamiento entre misión de la empresa y expectativas del equipo.
Para nosotras los ODS son una herramienta estratégica e incluso de gestión, pero también es innegable que es un recurso de comunicación muy potente. Con su aplicación, además de diferenciación, las empresas cuentan con una base para comunicar de manera estructurada los avances en sostenibilidad alrededor de sus ODS prioritarios y de aquellos en los que tengan incidencia con sus acciones. La comunicación en sostenibilidad requiere de personas expertas en comunicación, pero también en sostenibilidad, para evitar caer en el greenwashing.
“La Agenda 2030 no se va a alcanzar en el horizonte planteado, pero es el camino a seguir, y tenemos que actuar contra la desesperanza y la desinformación.”
Iría Rodríguez
L.R: A día de hoy, ¿cuál es vuestra perspectiva para la consecución de los ODS de la agenda 2030?
Iria Rodríguez: En el 2020 comenzaba la Década de la Acción, con el propósito de impulsar su consecución, pero las sucesivas crisis han generado un contexto en el que los esfuerzos se han ralentizado. Sin embargo, desde nuestro punto de vista parece que la acción empresarial ha recuperado ritmo gracias al avance regulatorio y al apoyo de la Administración con financiación específica en iniciativas ligadas a la transición sostenible. Más que nunca el momento es ahora. La Agenda 2030 no se va a alcanzar en el horizonte planteado, pero es el camino a seguir, y tenemos que actuar contra la desesperanza y la desinformación.
L.R: Tenéis, por ejemplo, un proyecto para el acompañamiento para la obtención de la certificación B Corp, ¿somos conscientes en Galicia de la importancia de evaluar nuestros parámetros sostenibles?
Iria Regueiro: ¡Lo que no se mide no existe! Creemos que esta idea afortunadamente está calando en el tejido empresarial, pero falta todavía el esfuerzo de dedicar recursos y también de “creérnoslo”. Muchas empresas hacen mucho y quieren hacer más, solo falta estructurar y poner en valor. Nosotras entramos ahí, por ejemplo, utilizando la herramienta de Evaluación de Impacto B y si hay suficiente nivel de madurez, a través de la adhesión a B Corp. Trabajamos con B Corp porque vemos que añade valor diferencial y porque no solo es un sello, es una comunidad y una forma de ser parte de un cambio de modelo. De liderar e inspirar y no solo cumplir.
El proceso de certificación permite no solo documentar y estructurar, sino sobre todo generar un espacio de reflexión sobre procesos, recursos y sobre todo propósito. Es más importante el proceso que el sello. También actúa como revulsivo para otros agentes del ecosistema en el que opera la empresa, sensibilizando e impulsando la sostenibilidad, como por ejemplo ha sucedido con Hijos de Rivera.
L.R: Vemos que la sostenibilidad es una demanda real en nuestra sociedad a día de hoy, además de las certificaciones, ¿qué otras maneras hay de diferenciarse en el mercado a través del impacto positivo?
Iria Rodríguez: La integración real del propósito en el núcleo es clave en la diferenciación. Propicia que la sostenibilidad permee en todos los roles y de una forma auténtica hacia fuera.
La diferenciación viene de la mano de la acción real y rigurosa, y de una comunicación honesta y transparente. Cuando involucras a tus grupos de interés, y trabajas con el equipo, con las empresas proveedoras, con la comunidad, etc., tienes un punto de partida diferente para hacer llegar tu propuesta de valor. También contemplas impactos más allá de los obvios. Ya no solo se trata de diferenciarse, sino de reducir el riesgo reputacional.
Por otra parte, la normativa europea que pone coto al greenwashing es ambiciosa, y aunque su materialización es lenta, pronto será una realidad tangible. Las certificaciones más sólidas se mantendrán, y habrá mucho más control sobre los mensajes comerciales o el packaging, por ejemplo.