Hace unos meses leía en el Linkedin de una compañera del sector acerca del poder de la sonrisa a la hora de comunicar, y que ahora, por la mascarilla, nos íbamos a perder decenas de bonitas sonrisas a diario. Yo en un ejercicio de positivismo y buena onda, le contesté que aunque la sonrisa se perdería, es innegable que los ojos y las manos también sonríen, y que menos mal, aún los seguimos luciendo.
La COVID-19 ha cambiado muchas de las cosas que dábamos antes por sentado, y una de ellas es poder llevar el rostro al descubierto. Pero oye, a lo largo de la historia nos hemos enfrentado a decenas de retos y de todos ellos hemos salido con ese tipo de conocimiento y experiencia que no se aprende en los libros. Y el reto de la COVID-19 no va a ser una excepción.
Volviendo al tema que nos ocupa, en una situación como la actual el lenguaje no verbal cobra si cabe más importancia que nunca.
En este post compartiré contigo una serie de técnicas muy sencillas que pueden venirte muy bien si eres profe y tienes que captar (y retener) la atención de tus alumnos, o si vas a dar una charla de cualquier tipo
Técnicas de comunicación no verbal
Tono, volumen, velocidad y silencios
Recuerdo que un profesor del colegio, siempre que nos veía dispersos, alzaba su voz, pronunciaba las palabras más lentamente y cambiaba el tono de su discurso. Esta es una herramienta de comunicación muy poderosa, y que logra captar de nuevo la atención de quienes te escuchan.
Con mascarilla puedes aplicarla igualmente. Marca más las palabras pronunciándolas más lentamente, especialmente las sílabas finales, a las que solemos llegar con menos fuerza. Remarca las palabras clave de tu discurso y pronúncialas a una velocidad menor. Y haz cambios en el tono de forma constante para construir un mensaje atractivo y llamativo.
Y no tengas ningún miedo a usar los silencios. Un silencio sirve para darle tiempo a tus interlocutores a que asimilen el mensaje, o para llamar la atención.
Manos y pies
Las manos y los pies también son unas excelentes herramientas de comunicación no verbal y que te ayudarán a reforzar tu discurso.
Usa las manos para enfatizar y acompañar tu mensaje o para enumerar. Hace unos días escuchábamos el discurso de Pedro Sánchez anunciando el segundo estado de alarma. Las manos se convierten en una de sus mejores aliados discursivos, y las usa en momentos clave (indicar el aumento del número de contagios, del uso de camas…). Te invito a que lo mires de nuevo y te fijes en este detalle.
Si te llevas la mano a la cara mientras mantienes la mirada, puede denotar que no quieres contar algo o que estás muy nervioso o incómodo por la situación que estás viviendo. Sé consciente de estos gestos para sortearlos en tu discurso.
En el caso de los pies, si estás dando un discurso, evita los llamados pies de pato. Paloma García-Navas, en una excelente formación a la que tuve el placer de asistir y organizada por APD Galicia, nos indicaba que no hay nada peor que situar tus pies en posición de fuga, ya que puedes dar a entender que te quieres ir. Lo mejor de todo es alinear tus pies hacia tu público.
Movimientos
Si estás en un aula y captas que tus alumnos se están adormilando, te invito a que pruebes a moverte por la clase, ojo, sin dar la espalda a tus pupilos. Te seguirán con la mirada, y lo mejor de todo, reconectarán con tu discurso sin necesidad de dar voces.
Por ejemplo, si notas que algún alumno está despistado, puedes acercarte a su mesa, sin dejar de pronunciar tu discurso. El alumno te verá y por el miedo a que le hagas una pregunta, conectará al momento con tu discurso.
Uso de elementos visuales de apoyo
Combina tu discurso hablado con algún elemento de apoyo visual como una presentación llamativa o una pizarra. Yo soy más de la vieja escuela, y a mi las pizarras me causan más efecto que una pantalla.
Te invito a que para la próxima presentación que tengas que hacer en tu empresa no tengas miedo a levantarte y usar una pizarra para escribir las palabras clave de tu discurso. No escribas más de 3 o 5 (dependiendo de la duración de tu discurso), y déjalas escritas para poder volver a ellas como elemento de apoyo.
Ojos, mirada y cejas
La mascarilla deja visibles los ojos, la mirada y las cejas de nuestro rostro, pero ¿realmente eres consciente de su gran poder?
Ojos
Puede que los ojos sean la parte más expresiva de nuestro rostro, ¿opinas lo mismo? Por ejemplo, cuando estamos delante de una persona que nos gusta o estamos emocionados por comunicar nuestro gran proyecto, dilatamos las pupilas. La pupilas dilatadas son sinónimo de apertura hacia el interlocutor, de pasión, de entusiasmo, de interés.
Por el lado contrario, cuando entrecerramos los ojos puede que no nos esté interesando lo que nos están diciendo y eso genera desconfianza, estrés o tristeza.
Cejas
Las cejas de Carlos Sobera en Quién quiere ser millonario daban pistas a los concursantes de que la respuesta que estaban dando no era correcta o ¿lo hacía por despistar? Símiles aparte, una ceja alzada denota incredulidad o sorpresa. Unas cejas fruncidas expresan enfado y unas medio fruncidas, comunican desconcierto.
Los Simpson ya lo predijeron….
Mirada
La mirada también dice mucho de nosotros. Por ejemplo, una mirada hacia abajo puede comunicar que la persona está hablando de sus sentimientos, que es una persona tímida, o que está incómoda con la situación.
Si miras hacia la derecha, quiere decir que tú o tu interlocutor estáis dando vuestra opinión, y hacia la izquierda, que estás narrando un episodio del pasado. Si miras hacia los lados estarás expresando aburrimiento o incomodidad.
La mascarilla parece que ha venido para quedarse por bastante tiempo. Sé muy consciente de la importancia que cobra la comunicación no verbal en tus discursos: la mirada, los ojos, las cejas, las manos, pies o los elementos paralingüísticos como los silencios, el tono, la velocidad o el ritmo. Empieza a ponerlos en práctica con familia y amigos, ¡y ya me cuentas en los comentarios!