Hoy hablamos con Carolina García Carmueja, Global Merchandising Operations Director en la multinacional americana Nike Inc. en Portland, EEUU.
Carolina es de Vigo y es Licenciada en Historia con la especialidad de Arqueología Clásica por la Universidad de Santiago de Compostela. Justo después de graduarse, Carolina tuvo la oportunidad de hacer prácticas de comisariado en el Museo Guggenheim de Bilbao y posteriormente en la Peggy Guggenheim Collection en Venecia.
Después de este período de prácticas, cursó un MBA en Madrid que completó en Nueva York, donde aprendió inglés y contactó con el mundo del Arte y el Diseño en EEUU. Tras tres años trabajando en Londres, Carolina se mudó a Portland, Oregón, donde empezó a trabajar en Nike Inc.
Adríán Fernández – Carolina, has estudiado Historia y Arqueología, ¿cómo era la Carolina de hace unos años y por qué decides formarte e iniciar tu carrera profesional en esta rama?
Carolina García – La Historia siempre ha sido algo que me ha encantado desde pequeña. Tengo la inmensa suerte de que mis padres siempre me han apoyado, además tenemos muchos profesores en la familia, y en su momento me pareció lo más adecuado. También tengo que añadir que en España tenemos que decidir bastante temprano lo que vamos a estudiar (en mis tiempos, ya en primero de bachillerato!) y es difícil decidir que trabajo quieres tener o incluso quien quieres ser con sólo 16 años. ¡Todavía a día de hoy no sé lo que voy a querer hacer en cinco o diez años! Siempre estoy intentando aprender cosas nuevas y conocer a personas que me puedan guiar. Por ejemplo, el trabajo que tengo ahora no existía cuando terminé la facultad, y probablemente el trabajo que tenga en cinco años no exista todavía.
A.F – Me llama mucho la atención el giro que le has dado a tu carrera, has pasado de trabajar en museos y galerías de arte, a Talent Acquisition y ahora estás en un puesto mucho más relacionado con la estrategia de la empresa, y además en una multinacional. ¿Cómo es este momento de tu carrera en el que decides dar un cambio tan drástico? A mucha gente le cuesta tomar este tipo de decisiones. ¿Qué consejo le darías a alguien que está valorando un cambio como el tuyo?
C.G – Yo formo parte de esa generación de Millennials que se la pegaron y bien cuando nos graduamos al final de la década de los 2000. ¡Imagínate que has hecho todo lo que se te decía que tenías que hacer para tener una vida y un trabajo seguro, y de repente boom! No hay trabajos, no hay oposiciones, no hay becas … nada!
Cuando todo eso pasó hice dos cosas: empecé a conectar con gente, a preguntar, a informarme y a ver más allá de mi carrera o sentirme limitada por mi educación. Por otro lado, me concentré en las dos o tres cosas que se me daban bien y busqué un trabajo acorde con esas características. No es fácil, se tarda tiempo, pero todo va saliendo.
A.F – Y ahora que ya han pasado unos años y puedes analizar todos los cambios que has tenido con perspectiva, ¿cuáles han sido los momentos más difíciles y cuál es la lectura que haces de ellos?
C.G – Está claro que cuando más se aprende es en los momentos de inseguridad, de derrota y cuando tienes que lidiar con situaciones, personas y trabajos difíciles. Lo interesante de todo esto es que cuando eso pasa, te das cuenta de lo fuerte y lo resiliente que en realidad eres. También es importante rodearte de buena gente, que te quiere y que te apoya … y que también te da un toque de atención cuando te estás equivocando.
Es importante rodearte de buena gente, que te quiere y que te apoya … y que también te da un toque de atención cuando te estás equivocando.
A.F – Has pasado por Grecia, Italia, Francia, Reino Unido y diferentes ciudades de España hasta que te has establecido en Estados Unidos. ¿Qué te han proporcionado a título personal las diferentes experiencias internacionales que has tenido?
C.G – Con 20 años me fui a Atenas de Erasmus a hacer cuarto de carrera y el crecimiento personal, la independencia y la capacidad de solucionar problemas que aprendí fue muchísimo más valioso que cualquier clase a la que me apunté en ese curso. A partir de esa experiencia tan positiva continué solicitando becas y trabajos en el extranjero, para seguir aprendiendo y conociendo nuevas culturas y también personas que desde mi punto de vista parecían muy diferentes. Estoy convencida de que esa capacidad de adaptación y respeto por lo diferente es una de las razones por las que disfruto tanto mi trabajo. Y el bonus de tanto viaje, es que soy capaz de dormir en cualquier sitio, a cualquier hora … ¡es un superpoder!
Con 20 años me fui a Atenas de Erasmus a hacer cuarto de carrera y el crecimiento personal, la independencia y la capacidad de solucionar problemas que aprendí fue muchísimo más valioso que cualquier clase a la que me apunté en ese curso
A.F – Ya llevas unos 8 años en Estados Unidos y a pesar de que el tiempo vuela, imagino que ya te sientes asentada. ¿Cómo de diferente es la vida en Estados Unidos respecto a la vida en Europa? ¿Y en cuanto a la cultura de la empresa, trabajamos de manera diferente entre ambos lados del charco?
C.G – Bueno, sin entrar en detalles, vamos a decir que la vida en EEUU está bien si tienes la suerte de trabajar para una empresa que te permita tener vacaciones, te ayude a pagar un seguro médico y también apoye los derechos civiles de sus empleados. Nike es una empresa global, donde trabajo con gente con un talento impresionante en unos proyectos de envergadura brutal. Trabajamos en el Campus Mundial de Nike en Portland con otras 10.000 personas, con acceso a unos edificios y una tecnología que nos permiten hacer nuestro trabajo con mucha comodidad. Tenemos gimnasios, restaurantes, cafeterías, tiendas, es como una burbuja donde podemos desarrollar nuestras ideas en un entorno muy seguro. Esta seguridad también se extiende a los deportistas profesionales, es importante que cuando vienen de visita se sientan a gusto y seguros. Una vez fui a la cafetería a por un café y había un chico nuevo muy alto en el mostrador atendiendo … ¡era LeBron James!
A.F – Y a título personal, ¿cómo es trabajar para una empresa tan reconocida y amada mundialmente? ¿Alguna otra anécdota que puedas contarnos?
C.G – Nike es una empresa global enorme y me imagino que cada puesto es diferente, yo siempre he trabajado en creación de producto y la verdad es que aprendo muchísimo en todos mis proyectos. Antes de moverme a Merchandising, trabajé en Diseño durante cinco años y tuve la oportunidad de colaborar con muchos deportistas profesionales. Un día nos llamó la NBA, diciendo que acababan de fichar a un chico griego que era buenísimo y nos pidieron que creásemos identidad gráfica para él, ese chico era Giannis Antetokounmpo, el Greek Freak.
La primera vez que nos reunimos con su gente fue aquí en el campus de Nike, como hablo un poco de griego me preparé algo así como “Bienvenido a Nike, estamos muy contentos de conocerte”. Fue genial, todos conectamos enseguida y nos pusimos a trabajar. Nos basamos en el concepto del Héroe Clásico Griego, y nuestros diseñadores hicieron un trabajo espectacular. El logo primario de Giannis es una GA intercalada basada en el laberinto y la arquitectura clásica, el logo secundario con su número 34 está inspirado en la bandera griega y el color primario que conecta toda la identidad gráfica es el azul del mar griego de la infancia de Giannis.
Otro proyecto muy especial fue cuando los LA Rams nos llamaron para que modernizáramos su identidad gráfica, estaban construyendo un estadio de cristal impresionante en Inglewood y querían algo fresco y dinámico. El nuevo logo del cuerno está inspirado en la proporción áurea de Fibonacci, el azul representa el océano y el amarillo el sol tan maravilloso de California. Los Rams debutaron los nuevos uniformes durante la temporada del 2020 y este año ganaron la Super Bowl en casa, en Inglewood, fue un momento muy especial para todos.