Más de 12.000 personas disfrutan cada día de la manera de capturar momentos de Carmen Martínez Torrón, @superkarmen para muchos, una fotógrafa que ha encontrado en su hobby su profesión. Muchos la conocen por su capacidad de mostrar lo bella que es nuestra tierra, pero en esta entrevista nos desvela su qué es lo que más le gusta fotografiar. No, no son los paisajes. ¿Quieres saber más? Te lo contamos en esta entrevista con nuestra compañera Leticia Río.
Leticia Río: ¿Quién es Superkarmen y qué la define?
Carmen Martínez: Superkarmen es una persona con muchas inquietudes que disfruta fotografiando todo lo que le rodea y que se siente fascinada por la luz. Me encanta capturar momentos efímeros y contar historias sin necesidad de palabras, transmitir mis emociones despertando la imaginación de quien las ve. Y es que creer en la capacidad de la fotografía, en el poder de despertar la conciencia o provocar reflexiones en aquellos que están viéndolas detrás de una pantalla me cautivó desde hace años.
La gente me dice que tengo un estilo personal y que reconocen mis fotografías antes de que confirmen que están hechas por mi, incluso llegando a averiguar mi estado de ánimo en función del estilo de fotografía que realizo. Es super gratificante que alguien valore tu esfuerzo, el tiempo que dedicas a hacerla ó desplazarte al sitio. En mi caso devuelvo el cariño que recibo en forma de imágenes que a veces viajan muy lejos y que en ocasiones ponen tiritas a la morriña para la gente que no puede estar aquí.
L.R: Érase una niña rodeada de álbumes y cajas de fotos, convertida en una mujer pegada a una cámara. ¿Cómo llegas a la fotografía?
C.M: Desde que era pequeña me sentí atraída por los álbumes y cajas llenas de fotos que había en casa de mis padres. Me pasaba horas hojeándolas y alucinando con “aquellos papeles” que capturaban momentos importantes en la vida de mi familia. Cada una contaba una historia y me intrigaba la capacidad de despertar recuerdos.
Para mí, la fotografía tiene ese increíble don de transportarnos a lugares distantes y evocar instantes que jamás volverán. Un simple vistazo a una imagen puede desencadenar un terremoto de emociones y hacernos revivir momentos pasados de la misma manera en que lo hace un olor.
Lo que comenzó como una afición para entretenerme se transformó en mi profesión. Me di cuenta de que era lo que más disfrutaba hacer, así que poco a poco fui aprendiendo a “entrenar” el ojo a través de la fórmula ensayo y error. Es cierto que mientras camino por la calle no puedo evitar fijar la atención en los lugares que a mi entender son fotogénicos. Siempre busco una perspectiva diferente porque aunque pase mil veces por un mismo sitio, la luz hace que lo vea y sienta de manera única. Es increíble cómo un lugar se puede transformar al atardecer o en la oscuridad, bajo una intensa lluvia o en un día radiante de sol. Sigo disfrutando de esos momentos como si fuera el primero que tuve mi propia cámara en la mano hace más de veinte años: gracias a la fotografía he descubierto lugares nuevos, he conocido a personas maravillosas y sobre todo me he conocido mejor a mí misma.
L.R: Conocida por fotografiar rincones de Coruña, pero confiésale a nuestra comunidad cuál es tu secreto mejor guardado. ¿Qué es lo que más te gusta fotografiar?
C.M: Se me conoce más por fotografiar paisajes que por fotografiar personas. Mucha gente desconoce mi faceta de retratista aunque quizá también es porque no suelo subir ese tipo de contenido. Pienso que aunque la fotografía de paisajes me ofrece la oportunidad de experimentar con la composición y la luz natural, confieso que lo que más me gusta es narrar historias a través de los retratos, de la expresión facial, del gesto; capturar la esencia y la historia de las personas.
L.R: La tuya es una profesión que inicias con un aprendizaje desde cero y que requiere de un reciclaje continuo por su continua evolución, ¿qué diferencia a tú yo de ahora con el de hace años?
C.M: A medida que pasaron los años fui haciendo más fotografías y desarrollando más experiencia, pero es verdad que casi todos los días hay algo nuevo que hace que lo que sabías hasta ese momento quede desfasado.
Mi yo del 2023 es muy crítica con las fotografías anteriores. A todas les encuentro algo que cambiaría, como modificar el sitio desde donde me situé o la hora que elegí hacer clic. Pasé por muchos estilos de edición y mi tendencia ahora mismo es a mostrarlas tal y como las veo a través del visor ajustando los niveles básicos, contraste, saturación… Es por eso que muchas veces adjunto a la foto el ‘making of’ en vídeo. Pero la edición digital te permite hacer cosas impensables; es una herramienta más y tú decides cómo usarla.
L.R: Últimamente se habla mucho de inteligencia artificial así que no podía faltar la pregunta de actualidad, ¿sustituirá la IA a los captadores de momentos?
C.M: Es verdad que la IA ha avanzado mucho a la hora de editar fotografías y está modificando todo lo que sabíamos hasta ahora. La IA puede reconocer escenas, ajustar la exposición, el enfoque y la composición para conseguir una imagen llamativa. Puede ser útil, pero en mi opinión la fotografía es un arte que va más allá. Los fotógrafos profesionales tenemos una idea personal de la composición, la luz, el estilo y la narrativa visual. El poder capturar momentos emotivos, transmitir mensajes y contar historias a través de nuestras imágenes es algo que todavía se le escapa a la IA.
Alguien me dijo que la IA no va a quitarnos el trabajo, va a hacerlo el que no sepa utilizarla y no puedo estar más de acuerdo.