
Hablamos con Juan Sabín, CEO de AFFINImeter, una empresa biotecnológica constituida en 2013 como una spin-off de la Universidade de Santiago (USC), que desarrolla y comercializa su software estadístico para el estudio de procesos de reconocimiento molecular. Podéis seguir leyendo la entrevista que le realizó nuestra compañera María Parga en donde dan a conocer sus proyectos actuales y su visión del sector.
María Parga – Farmacéuticas como Lilly, Novartis o Roche e instituciones como el Broad Institute del MIT y Harvard o National Cancer Institute usan vuestro software. ¿Cómo habéis conseguido una proyección internacional tan amplia?
Juan Sabín – Nuestro proyecto empezó con una clara vocación internacional desde el principio. Sabíamos que nuestros clientes más importantes serían los laboratorios de la industria farmacéutica, cuyos laboratorios principales están en EEUU, Europa Central o Japón.
Antes de la pandemia, éramos muy asiduos a congresos internacionales y solíamos hacer demostraciones de nuestro software in situ. Ahora, cuando los viajes están limitados, hemos volcado nuestra acción comercial en la red, ofreciendo cursos de formación online y webinars personalizados.
M.P – ¿Para qué sirve vuestro software? ¿Qué le aporta a vuestros clientes? ¿y a la población en general?
J.S – Nuestras herramientas ayudan a los científicos a tomar mejores decisiones en las fases iniciales de los programas de descubrimientos de nuevos fármacos. Nuestro software ha sido parte importante en la salida al mercado de algún fármaco genérico y en la selección de los mejores candidatos de moléculas modificadas. Esto es importante para que los fármacos tengan la mayor afinidad posible por las biomoléculas diana.
M.P – ¿Os dedicáis solo al desarrollo o participáis en investigación? ¿Cuáles son vuestras líneas de trabajo?
J.S – Solemos colaborar muy estrechamente con nuestros clientes. No solo en el asesoramiento en el análisis de datos, también ofrecemos servicios propios de caracterización de interacciones moleculares a través de técnicas biofísicas.
Actualmente, también hemos comenzado nuestra propia línea de investigación en colaboración con el Sergas para usar la alta sensibilidad de los equipos biofísicos para la detección masiva de Covid-19 en saliva. También hemos adquirido un equipo miniaturizado y portátil para probar la detección in situ.
M.P – ¿Se utiliza vuestro software en la investigación de fármacos o métodos de detección del COVID-19?
J.S – Es difícil decir hasta qué punto nuestro software se emplea en investigaciones concretas porque suele operar cierta confidencialidad respecto al uso final de los datos, pero el Pfizer Vaccine Research and Development Center en Nueva York es usuario de nuestro software AFFINImeter para el análisis de datos de calorimetría.

M.P – Parece que el sector de biotecnología está creciendo en Galicia, ¿qué creéis?, ¿trabajáis con otras empresas o grupos en Galicia? ¿y de otros lugares?
J.S – La biotecnología es un sector con mucha fuerza en Galicia. Galicia es la comunidad autónoma de España donde más empresas biotecnológicas se han creado en los últimos años. Actualmente existe un ecosistema muy propicio entre las empresas, la universidad, los centros de investigación como el CIMUS o el CIQUS y clústers biotecnológicos como Bioga.
En nuestro caso, hemos desarrollo conjuntamente herramientas de análisis con la empresa gallega Mestrelab, pero la mayoría de nuestras colaboraciones se realizan con universidades y empresas europeas. Este año, además, entramos a formar parte del consorcio MOSBRI (Molecular-Scale Biophysics Research Infrastructure), una red europea formada por 13 prestigiosas Universidades y dos compañías privadas, que ha conseguido financiación de 5M€ de la Unión Europea a través de sus programas Horizonte2020.
M.P – Talento científico en Galicia, ¿cuáles son las peticiones?
J.S – Talento en Galicia parece que hay de sobra y los casos de empresas exitosas en el sector biotecnológico lo demuestran. Hace falta una inversión más decidida del sector privado en biotecnología para poder abarcar objetivos más ambiciosos con el talento que se desarrolla aquí.
M.P – ¿Qué nos ha enseñado la pandemia sobre vuestro sector?
Son muchas las reflexiones ante un acontecimiento de esta magnitud. Por un lado, destacaríamos la importancia de la colaboración entre investigadores para dar respuestas rápidas y eficaces. Ha sido enorme el esfuerzo internacional en investigación y muchas las horas que los investigadores han pasado en el laboratorio trabajando a contrarreloj. Por otro lado, este espíritu colaborativo no ha tenido un reflejo a la hora de comercializar los fármacos y vacunas. Hay necesidad de replantearse los límites al derecho a patentes. En una situación de crisis sanitaria a nivel mundial, debería poderse garantizar el acceso universal a la tecnología, también a los países empobrecidos, especialmente cuando ha habido tanta co-inversión pública.
