Maximiliano Cánovas – «No nos limitamos a quejarnos o a hablar sobre lo que no funciona, sino que intentamos llevar nuestras ideas a la práctica.»

Conversamos con Maximiliano Cánovas Toba, quien combina su experiencia en Public Affairs en ACENTO con su pasión por el liderazgo juvenil a través de Lideremos Galicia. Conoce más sobre su trayectoria y visión para Galicia a través de esta entrevista de nuestro compañero Ángel Fraga.

Ángel Fraga – Actualmente estás entre Bruselas, Madrid y Galicia. Previamente has trabajando en Barcelona, Nueva York o Alemania. Cuéntanos como es tu día a día en Acento y que te llevó a orientarte a esta profesión. 

Max Canovas – Sí, la verdad es que he tenido la suerte de vivir en varias ciudades y conocer muchos sitios, pero tengo que decir que como en casa, en Galicia, en ningún lado. He visto lugares increíbles, pero mi Coruña es insuperable. Lo tenemos todo… ¡solo nos falta un poquito más de sol!

Sobre mi trabajo, pues siendo sincero, cuando terminé el instituto no tenía ni idea de qué quería hacer. Me tomé un año para probar cosas diferentes y trabajé en prácticas en una galería de arte, en una agencia de relaciones públicas e incluso en hostelería. Mis padres entendieron que estaba en plena búsqueda y me dieron libertad para experimentar y ver qué me gustaba.

Poco a poco, me empezó a interesar todo lo relacionado con la sociedad, la política, la economía… Supongo que también influyó el contexto de crisis que veníamos arrastrando desde 2007 y que se agravó con la del euro en 2012. Ahí fue cuando decidí estudiar Relaciones Internacionales.

Con el tiempo, empecé a trabajar en asuntos públicos, y tuve la suerte de acabar en Acento, donde estoy ahora. Básicamente, ayudamos a empresas y organizaciones a conectar con las políticas públicas y con la sociedad, haciendo que sus intereses y necesidades se tengan en cuenta. Vamos, que hacemos lobby, lo mismo que con Lideremos, donde trabajamos para que se escuche la voz de los jóvenes.

«Lo más retador es precisamente eso: conocer a personas tan increíbles, con las que conectas profundamente, aprendes y compartes momentos inolvidables, pero luego tener que separarte de ellas.»

Maximiliano Cánovas

AF – Seguramente tratas con personas de diferentes culturas a diario. ¿Qué es lo más retador? ¿Y lo más enriquecedor?

MC –  Sí, totalmente. En mi día a día siempre he estado moviéndome de un lugar a otro; me gusta decir que he sido como un saltamontes. He vivido en distintos sitios y he tenido la suerte de conocer a personas maravillosas de todas partes del mundo. A pesar de la distancia, hago todo lo posible por mantener esas amistades, y con la mayoría lo he logrado.

Lo más retador es precisamente eso: conocer a personas tan increíbles, con las que conectas profundamente, aprendes y compartes momentos inolvidables, pero luego tener que separarte de ellas. Es difícil decir adiós, aunque sea temporal.

Por otro lado, lo más enriquecedor es darte cuenta de que, sin importar de dónde venga cada persona, al final todos compartimos mucho más de lo que pensamos. Valoramos cosas tan simples y universales como una buena conversación, atrevernos a probar cosas nuevas, un paseo por la naturaleza o incluso compartir unas cañas. 

Cuando comprendes que, más allá de las diferencias culturales, todos tenemos valores, ideas y principios comunes, te sientes más conectado con los demás. Es una lección que te mantiene con los pies en la tierra y que, honestamente, me parece increíble.

AF – Y en Lideremos, ¿cuál es tú papel?. Recientemente lanzasteis la iniciativa en Galicia. ¿Cuáles son vuestros objetivos y cuál es tu visión personal para Galicia?

MC – Claro, te cuento, en Lideremos Galicia soy el responsable, pero la verdad es que más allá del título, mi papel es bastante simple; me encargo de coordinar al equipo aquí en Galicia y asegurarme de que todo lo que hacemos avance de la mejor manera. Básicamente, lo que trato de hacer es conectar a las personas, ayudar a que cada uno haga lo suyo y que el proyecto, de alguna manera, se sienta real y útil.

Nuestro trabajo tiene dos cosas muy importantes. La primera es el lobby, que es lo que nos diferencia. No nos limitamos a quejarnos o a hablar sobre lo que no funciona, sino que intentamos llevar nuestras ideas a la práctica. Para eso, trabajamos en grupo, entre jóvenes que nos reunimos para pensar y proponer soluciones. Luego, todo lo que hacemos lo llevamos a las administraciones públicas en forma de propuestas legislativas, porque lo que queremos es que no se quede solo en el aire, sino que tenga impacto de verdad.

El segundo pilar es hacer de Lideremos Galicia una plataforma que impulse el talento joven. Queremos conectar a jóvenes con ganas de aprender, emprender y liderar con otros jóvenes y sobre todo con aquellos líderes que ya tienen experiencia, esos líderes senior que pueden guiarnos y abrirnos camino. La idea es que Lideremos sea un punto de encuentro donde se produzca ese intercambio de conocimiento y experiencia.

Al final, somos una generación con energía y ganas de cambiar las cosas, pero también sabemos que aún nos queda mucho por aprender. Y ahí está la clave: crecer juntos y hacer que las cosas pasen

AF – ¿Qué te ha llevado a participar en una iniciativa como Lideremos? Al fin y al cabo es voluntariado y seguramente, en tu día a día, no te sobra el tiempo. 

MC – Pues mira, tiempo no me sobra, no. Y sí, Lideremos me quita bastantes horas que podría estar usando para hacer otras cosas: pasar más tiempo con amigos y familia, viajar, hacer deporte… lo típico, ¿no? Pero también siento que este proyecto vale la pena. Sé que no va a ser para siempre (¡ojalá ser joven toda la vida!), y llegó a mí casi sin esperarlo. No era algo que planeaba, pero ahora que lo tengo entre manos, quiero hacerlo bien y que en Galicia realmente deje huella.

De hecho, cuando entré en el proyecto, Tomás Güell, el fundador, me invitó al primer Congreso Nacional en Barcelona, que coincidía justo con mi llegada. Para ser sincero, al principio iba un poco con la mosca detrás de la oreja, sin entender del todo de qué iba esto. Y él me decía: «Quiero invitarte para que vivas la experiencia». Así que pensé: «Bueno, vamos a ver qué es esto», cogí un avión y me planté allí.

Y fue llegar, conocer a otros chavales de todo el país con ganas de moverse, con esa actitud de hacer cosas útiles y positivas, y fue como un subidón. Recuerdo irme al hotel esa noche con la cabeza a mil y decirme: «Joder, qué bueno conocer a gente así». Ahí entendí que solo por haber ido ya había valido la pena. Y hoy, cada vez que lo pienso, me reafirmo en que este proyecto merece la pena y que todo el tiempo que le meto nunca es tiempo perdido.

Más allá del esfuerzo, lo que me motiva es ver que lo que hacemos tiene impacto, que amigos o conocidos encuentran oportunidades gracias a esto. Saber que, de alguna manera, estamos generando un cambio hace que todo el esfuerzo compense. No te voy a mentir, a veces cuesta y dan ganas de tirar la toalla, pero también tiene momentos increíbles. Te hace sentir útil, te da motivación y, al final del día, te vas a la cama con la sensación de que has hecho algo que realmente suma.

«Saber que, de alguna manera, estamos generando un cambio hace que todo el esfuerzo compense.»

Maximiliano Cánovas

AF – ¿Cómo te gustaría ver a Lideremos, tanto en Galicia como en España en general, en 2 años?

MC – El proyecto está creciendo a una velocidad impresionante, estamos haciendo mucho ruido, y eso está genial porque necesitamos que nos escuchen. Las redes y los medios de comunicación nos están dando visibilidad, pero ahora estamos en una etapa de expansión y tenemos que llegar a todas las comunidades autónomas. En menos de tres años, ya somos más de 13.000 jóvenes sumándonos, porque sabemos que esto tiene fuerza, tiene garra. Los que estamos en Lideremos, lo estamos porque creemos que podemos hacer las cosas de otra manera, hacerlo mejor.

Nuestra generación no pasa por su mejor momento, es cierto. No es tan dramático como en otras épocas, pero las dificultades siguen estando ahí. Hemos hecho todo lo que nos dijeron: “estudia, esfuérzate, trabaja, haz las cosas bien”… y aun así, muchos jóvenes seguimos sin poder conseguir un buen sueldo, una casa o emprender el negocio que soñamos. Y a día de hoy, seguimos sin saber muy bien a dónde vamos.

Lo que queremos es vivir un presente digno, tener las mismas oportunidades que cualquier otra generación. Por eso mi esperanza es que más jóvenes se sigan sumando a este proyecto. Que nos unamos, que nuestras voces sean escuchadas y nuestras propuestas lleguen a donde tienen que llegar. Y sobre todo, que sigamos conectando a los jóvenes con ilusión, porque tenemos esa energía para cambiar las cosas.

Espero que este proyecto, dentro de unos años, siga siendo lo que es: un movimiento juvenil que se une, que escucha a todos los jóvenes, sin importar de dónde venimos o qué hacemos. Que sea una plataforma que conecte nuestras preocupaciones con la administración pública y nos permita impulsarnos los unos a los otros, apoyándonos para crecer.

En este país hay un talento joven increíble, solo hace falta hacerlo visible. Lo vimos la semana pasada con los Premios de Lideremos, un éxito total que demuestra que el futuro de este país está en buenas manos. Ahora, solo necesitamos que quienes quieran escucharnos, nos reciban con un buen apretón.

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