Trabajar y estudiar: cómo obtuve mi máster en un año mientras trabajaba

Hace prácticamente un año decidí matricularme en un máster online que me permitiera dar un vuelco a mi vida profesional y empezar a trabajar en algo realmente motivante para mí, que me permitiera ir encaminándome laboralmente.

La primera gran decisión tras elegir universidad y tipo de máster fue la duración. Trabajando a jornada completa, a 40 minutos en coche desde casa, con clases de inglés dos días a la semana y una mínima vida social, era un punto importante a tener en cuenta.

Desde la universidad me recomendaron hacerlo en dos o tres años, no había exámenes, por lo que todo iba a ser a través de trabajos, los cuales debías superar para poder aprobar cada asignatura, solo había opción de no entregar o suspender uno de ellos.

A poco más de tres meses por semestre, entre tres y cuatro trabajos por asignatura y siete asignaturas cada semestre, la decisión de hacerlo en un año fue poco recomendada.

También leí numerosos artículos sobre cómo aprovechar mejor el tiempo, cómo compaginar los estudios con el trabajo, cómo ser eficiente en menos horas… Creedme si os digo que cuanto más leía, más idílicos me parecían los consejos (organización, buen descanso, concentración…) y cuanto más avanzaba en el máster más me aferraba a ellos.

Factores clave

Aunque cada persona es un mundo y no a todos nos funciona lo mismo, para mí los factores clave para poder acabar mi máster en un año mientras trabajaba fueron:

Constancia

sí, suena a tópico, pero os prometo que tiene su recompensa. En general, suelo ser una persona bastante constante y perseverante, aunque muchas veces puedo ser todo lo contrario cuando algo no me motiva o no me gusta.

Como en todo, hay asignaturas, profesores, trabajos, que te gustan más que otros, pero ser constante y organizado es fundamental para llegar a todo.

Preparar un calendario, los temas de cada trabajo y dedicarle unas horas cada día, por pocas que fueran, hizo que en algunos trabajos me sobraran hasta cuatro días con respecto a la fecha límite de entrega.

Apoyo

Aunque esto no depende del todo de nosotros, para mí sentirme apoyada por los que me rodean fue muy importante.

Tuve muchos momentos de bajón, de querer abandonarlo todo y de sentir que no iba a ser capaz, incluso de que mi esfuerzo no merecía la pena, pero la comprensión y el apoyo tanto de amigos como de la familia fue clave a la hora de retomarlo cada vez que me venía abajo.

Tiempo para uno mismo

Aunque pienses que no llegas a todo, que no te lo mereces, no es así. Tener unas horas o incluso un día para uno mismo me ayudó a conectar mucho más los días asignados a trabajar en el máster.

En mi caso, los martes y los jueves concentraba todas las actividades: clases de inglés, gimnasio, recados, etc. De esta manera, el resto de días sabía que tenía que estar totalmente volcada en el estudio y la recompensa sería desconectar al día siguiente (es verdad que había semanas en las que esto no era del todo cierto, pero intentaba que así fuera).

Relativizar

Como en todo, saber escoger lo realmente importante y no perder el tiempo con apuntes que no merecen la pena te ahorra muchas horas frente al ordenador.

Saber hacer una lectura rápida del tema y focalizarte en las cosas realmente importantes puede suponer uno o dos días de adelanto. Personalmente, antes de leer como una loca todos los apuntes, leía las preguntas de cada trabajo, analizaba lo que era importante y después me informaba sobre ello. De esta manera evitaba dedicarle más tiempo del necesario y aprender las cosas que realmente me valdrían en el futuro.

No todo es leer apuntes

Muchas veces, los debates obligatorios me llevaban más tiempo que los propios trabajos. En muchos debates se tocaban temas con los que no estaba familiarizada y que requerían de una investigación previa.

Estar al día de noticias de actualidad, leer cada día un par de blogs y poder relacionar distintas lecturas me permitía ser de las primeras en aportar ideas al debate y evitar tener que estar demasiado tiempo con un tema para poder aportar algo diferente a lo de mis compañeros.

Estudiar en pleno estado de alarma

El segundo semestre me pilló en pleno estado de alarma, así que en mi caso tenía mucho más tiempo, pero fue mucho más duro.

No poder desconectar, la preocupación general, confiarte porque tienes “todo el tiempo del mundo” y los bajones constantes al comparar tu esfuerzo con la situación futura hicieron que quisiera abandonar numerosas veces.

Sin embargo, aquí estoy, con un máster en un año y buscando nuevas oportunidades.

Laura Romero Vélez es graduada en ADE y con un máster en Dirección Financiera. Actualmente trabaja como planificadora de medios en una pequeña empresa, aunque su sueño es formar parte del departamento financiero de una gran compañía. En IGATA es responsable de finanzas, pero le encanta estar en todos los proyectos en los que se necesite ayuda.

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